2022 se inicia con un panorama donde después de 2 años de pandemia, pareciera que volvemos a la normalidad pero con algunas lecciones aprendidas y comenzamos a ver el impacto que la pandemia ha dejado.
En estos años hemos visto que la pandemia ha actuado como catalizador de cambio tanto en la educación superior como en el mundo laboral y ha modificado el pensamiento en las instituciones de la región sobre lo que se necesita para el futuro, además de potencializar el sector edtech, donde la inversión ha crecido considerablemente.
Según la OIT ( Oficina Internacional del Trabajo), la crisis por COVID-19 en los mercados de trabajo elevó la tasa de desocupación entre los jóvenes latinoamericanos y caribeños por encima de 20 por ciento, una proporción que triplica la tasa de los adultos y es más del doble que la tasa general de desempleo promedio en la región. En números absolutos, son más de 10 millones de jóvenes que buscan empleo sin conseguirlo.
A este reto se le suma que más de cuatro empresas de cada diez en América Latina, dicen que tienen dificultades para encontrar trabajadores con las habilidades adecuadas. El 39% de las organizaciones latinoamericanas tienen problemas para cubrir vacantes y un 68% dice no contar con los candidatos adecuados, según las encuestas de ManpowerGroup.
Es por eso que este año desde TecPrize nos queremos enfocar en reducir la brecha de habilidades de los y las jóvenes para que tengan mejores oportunidades y puedan participar de la transformación de sus entornos. Es necesario invertir en capacidades para anticipar las necesidades presentes y futuras.