Las habilidades son la moneda de cambio del siglo 21. La capacidad de adquirir nuevas habilidades a lo largo de la vida, especialmente técnicas, sociales y de pensamiento crítico es crucial para participar de manera completa y equitativa en la fuerza laboral.
En la región de Latinoamérica y el caribe, los países están realizando esfuerzos para mejorar las oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida, invirtiendo en educación para el trabajo, programas de certificación y educación informal. Chile y Brasil están diseñando sistemas de información laboral para detectar y anticipar la brecha de habilidades; programas de entrenamiento “upskilling” y “reskilling” están siendo lanzados en México; las Bahamas están desarrollando pilotos de programas de aprendices y Honduras está explorando certificaciones escolares alternas para crear mejores oportunidades de educación y empleabilidad.
La brecha de habilidades en América Latina y el Caribe continúa siendo la más grande en todo el mundo. La falta de oportunidades de aprendizaje accesibles, de alta calidad, asequibles y efectivas da como resultado que 2 de cada 5 jóvenes no estudien, trabajen ni estén capacitándose y a su vez; las mujeres están desproporcionadamente representadas en este grupo. Los logros de aprendizaje continúan en niveles muy bajos para estándares internacionales, en donde los jóvenes en zonas rurales tienen menor índice de asistencia escolar y mayor probabilidades de abandonar sus estudios en comparación con sus contrapartes en zonas urbanas.
Al mismo tiempo, alrededor del 50% de las empresas formales en Latinoamérica manifiestan tener problemas para encontrar candidatos y candidatas con las habilidades necesarias.